The Municipality of MIENGO

MIENGO (portada)

Miengo tiene un perfil con forma circular rodeando su perímetro municipal en gran parte el Mar Cantábrico y las desembocaduras de los ríos Saja-Besaya y Pas.

El litoral de Miengo nos deja algunas de las estampas más hermosas de la Costa Cántabra. De hecho, el estuario del río Pas está declarado Lugar de Interés Comunitario.

Las playas nos ofrecen una belleza serena e irrepetibles atardeceres. Gran parte de la costa del municipio se puede recorrer por una carretera que une las playas y que a la vez es un magnífico paseo por la costa, acantilados, puntas y ensenadas.

Un poco de Historia

Los abundantes restos encontrados en las cuevas de Cudón y La Pila, en Cuchía, constatan la existencia de asentamientos en Miengo desde el Paleolítico.

Posteriormente, a mediados del siglo IX, tuvo gran importancia la explotación de la sal por sus múltiples aplicaciones. A esto se unió la riqueza de las rías y la situación estratégica en medio de un camino vital para el tráfico de personas y mercancías.

Este apogeo dio lugar a la fundación del monasterio de San Salvador de Oña, donde quedaron integradas todas las iglesias y pueblos que hoy forman el municipio, dando lugar al nacimiento de los pueblos de la Honor, donde sus habitantes se consideraban hombres libres, sin vínculos a un señor concreto. Esto cambió en el siglo XV, cuando la Casa de la Vega empezó a imponer su dominio, a recaudar impuestos e impartir justicia sobre los vecinos.

Los pueblos de Miengo permanecieron sin grandes cambios hasta finales del siglo XIX. El sustento de las familias dependió básicamente de las labores en el campo, de la ganadería y de las faenas del marisqueo y la pesca en la proximidad de las rías así como la extracción  de leña en las masas forestales cercanas.

Cuando los vecinos necesitaban moler el trigo o el maíz acudían a los molinos de los concejos, que aprovechaban las mareas para este fin, como ocurría en el molino de la Gándara en Mogro.

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